LA GESTIÓN DE INFORMACIÓN, ESTRATEGIA CLAVE EN LA ENSEÑANZA DE LA
INVESTIGACIÓN
INFORMATION MANAGEMENT, KEY STRATEGY IN THE TEACHING OF RESEARCH
Karla Yanin
Rivera Flores1, Olivia María Garrafa Torres1, Emma Lorena
Sifuentes Ocegueda2
1Unidad
Académica de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Nayarit, México
2Unidad
Académica de Economía, Universidad Autónoma de Nayarit, México
E-mail:
[krivera, olivia.garrafa]@uan.edu.mx, emmalorenas@gmail.com
(Enviado Octubre 21, 2018; Aceptado Noviembre 22, 2018)
Resumen
A partir de la
experiencia docente, las autoras identifican algunas dificultades que los
estudiantes presentan para construir propuestas de investigación relacionadas
con la gestión de la información en las Áreas de Ciencias Económicas y
Administrativas, así como de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad
Autónoma de Nayarit (UAN). Se pone atención en el desarrollo de habilidades
para la obtención de la información adecuada, pero haciendo hincapié en su
aprovechamiento dentro de la formación para la investigación. Con lo anterior
destacamos que las herramientas que ofrecen los contenidos de los cursos
relacionados con la gestión de la información no están incorporándose en las
actividades prácticas de los estudiantes en los semestres subsecuentes. Por
otro lado, ubicarlos en el primer semestre, hace que los estudiantes no tengan
necesidad de usar las habilidades aprendidas hasta semestres más avanzados,
esto termina convirtiéndose en un obstáculo didáctico.
Palabras clave: Investigación, Ciencias Sociales, Gestión de la
Información, Construcción de Propuestas de Investigación, Educación Superior.
Abstract
Based on the
teaching experience, the authors identify some difficulties that students have
to design research proposals related to information management in the Areas of
Economic and Administrative Sciences, as well as Social Sciences and Humanities
of the Universidad Autónoma de Nayarit (UAN). Attention is given to the
development of skills for obtaining adequate information, but emphasizing its
use within training of research. With this, we emphasize that the tools offered
by the courses contents related to information management are not being
incorporated into the practical activities of the students in the subsequent
semesters. On the other hand, placing them in the first semester, means that
students do not need to use the skills learned until more advanced semesters,
this ends up becoming a didactic obstacle.
Keywords: Research, Social Sciences, Information Management,
Design Research Proposals, Higher Education.
1 INTRODUCCIÓN
Dentro del
mundo del conocimiento el pensamiento complejo juega un papel importante, una
vez que el concepto gana un puesto en la dinámica de la comprensión de la
realidad. En especial en la teoría social al ser su centro de interés la
realidad social, la complejidad se ha naturalizado desde la segunda mitad del
siglo XX. Si bien no todos los fenómenos son complejos y, por lo tanto, no
requieren de las ciencias complejas para su estudio [1] en las Ciencias
Sociales una buena parte de los fenómenos tienen esta característica.
Entender el
conocimiento como síntesis y no como análisis, implica la integración y no la
separación, la dialógica y no la especialización. Por ello, lo anterior conlleva
necesariamente a la interdisciplina para comprender una realidad social
dinámica y multicausal.
Si ubicamos
este proceso de cambio, revolucionario dice el autor [1], dentro del mundo
cognoscitivo, pero también epistemológico de las propias ciencias, en este caso
de la teoría social en particular, podemos ubicar la reflexión que deberíamos
estar haciendo respecto a la formación de los estudiantes en el área de
ciencias sociales y humanidades.
Una de las
tareas sustantivas de las universidades es la formación para la investigación,
tanto para una finalidad profesionalizante como para la formación de
especialistas que construyan conocimiento, sin embargo, se trabaja de manera
limitada para ese propósito.
En torno a esa
situación versa el presente documento. En la primera parte se presenta la
metodología de trabajo, en la segunda, se abordan precisiones importantes con
respecto a los conceptos formación para la investigación e investigación
formativa; así también se hace referencia a qué se entiende por gestión de la
información y el uso de las TIC’s; en la tercera parte, se expone y
problematiza el papel de la investigación en la Universidad Autónoma de
Nayarit, posteriormente se plantean los principales hallazgos y reflexiones,
para terminar con las conclusiones del documento.
2 METODOLOGÍA
Metodológicamente
el documento se inscribe en los estudios de investigación cualitativa y
etnográfica en la universidad y sobre la universidad [2], como señalan los
autores uno de los métodos se centra en estudiar desde la autoinvestigación.
Los profesores universitarios principalmente tienen un perfil profesional,
pocos cuentan con formación pedagógica; de ahí la importancia de reflexionar la
propia práctica frente a grupo para evaluar el ejercicio docente, pero también
los procesos educativos en los que se está inmerso. En la práctica los docentes
son, junto a los estudiantes, quienes dan vida a los procesos formativos en las
instituciones de educación superior.
En este sentido se recuperó y
sistematizó material sobre y de los espacios docentes de construcción
colegiada, así como de las propias aulas. El espacio docente es básicamente el
de las Academias, las cuales están constituidas por todos los profesores que
imparten una unidad de aprendizaje o varias de ellas en cuanto a una línea
formativa. Se trata de las Academias de Investigación en Ciencias Sociales, de
Investigación Sociopolítica, de Teorías y Metodologías de la Comunicación, así
como la de Investigación Socioeconómica y Tecnológica de la Universidad
Autónoma de Nayarit (UAN).
En el primer caso
de material “sobre”, se consideraron las reflexiones de los sujetos
involucrados: reportes y textos de los docentes, ejercicios de evaluación por
parte de estudiantes en los diversos cursos, así como de grabaciones auditivas
de talleres de reflexión sobre la formación en metodología e investigación en
2005.
Como material
“de” son las actas y minutas de reuniones de Academia. También se utilizan los
análisis de los trabajos académicos generados por los estudiantes.
Aunado a ello,
se parte de las experiencias de la práctica docente de las autoras en cursos
relacionados con procesos de investigación de los programas académicos de
Ciencia Política, Economía y Comunicación y Medios. Se coloca el énfasis en las
dificultades presentadas por los estudiantes a partir de la entrega de sus
ejercicios, de la interacción construida y del diálogo con ellos.
De igual manera
se realizó una revisión documental para elaborar un análisis sobre el uso de
las TIC’s en la construcción de propuestas de investigación, donde la gestión
de información se vuelve muy relevante, por lo que se colocan como líneas de
análisis la práctica docente y las prácticas de gestión de los estudiantes.
Adelantamos que
la evaluación de la práctica docente y del aprendizaje de los estudiantes desde
esta perspectiva, puede dar mayor claridad de lo que habría que trabajar y en
qué sentido: las prácticas docentes, los contenidos de los cursos, los planes
de estudio, las estrategias didácticas. Ello comparado con las valoraciones
cuantitativas que suelen realizar los responsables de la evaluación del proceso
de enseñanza aprendizaje en las universidades.
3 POSICIONAMIENTO Y PRECISIONES CONCEPTUALES
Para contar con
una claridad conceptual, en este documento se asume que un eje central de la
formación universitaria debe ser la investigación, entendida como una de las
tres funciones sustantivas que dan vida y son motores del quehacer de las
universidades públicas. No obstante, también se reconoce que las universidades
tienen limitantes en la consolidación tanto de la investigación como de la
vinculación, debido a factores económicos, de perfiles profesionales, de toma
de decisiones políticas, etcétera. Dado el objetivo del documento, se abordan
de entrada las diferencias entre formación para la investigación y la
investigación formativa.
3.1 Formación para la investigación
Para Guerrero
[3] el termino de formación para la
investigación refiere al conjunto de acciones orientadas a favorecer la
apropiación y desarrollo de los conocimientos, habilidades y actitudes
necesarios para que estudiantes y profesores puedan desempeñar con éxito
actividades productivas asociadas a la investigación científica, el
desarrollo tecnológico y la innovación, ya sea en el sector académico o en el
productivo.
Aunque en la
formación para la investigación en las universidades el objetivo no sea la
construcción de conocimiento teórico o metodológico nuevo, como es el caso de
la investigación en sentido estricto, se procura que los estudiantes vivan la
experiencia que conlleva el proceso investigativo. Para ellos, a partir de esta
experiencia sí se producirá nuevo conocimiento que incorporarán ya sea a su práctica
profesional, o bien a una formación como investigadores.
3.2 Investigación
formativa
Por su parte
Miyahira [5] define a la investigación
formativa como una herramienta del proceso enseñanza aprendizaje, cuya
finalidad es difundir información existente y favorecer que el estudiante la
incorpore como conocimiento. La investigación formativa también puede
denominarse la enseñanza a través de la investigación, o enseñar usando el
método de investigación. La investigación formativa tiene dos características
adicionales fundamentales: es una investigación dirigida y orientada por un
profesor, como parte de su función docente y los agentes investigadores no son
profesionales de la investigación, sino sujetos en formación [5].
Hernández [4],
coincide cuando señala que se usa el nombre de investigación formativa para
aludir a los procesos de construcción de conocimientos en el trabajo o en el
aula que guardan analogías procedimentales con la investigación en sentido
estricto, pero no producen conocimiento admitido como nuevo y válido por la
comunidad académica de una disciplina o una especialidad.
Se trata entonces de concebir que la necesidad de fortalecer la
investigación en las universidades responde no sólo a los fines institucionales
de generar conocimiento, sino como una estrategia formativa, para quienes como
estudiantes hoy y como futuros profesionistas, se enfrentan a la compleja
realidad actual que reclama capacidades de indagación, análisis y síntesis.
Adicionalmente, se trata pensar el proceso de investigación más allá de lo que
comúnmente se suele asumir, como algo prestablecido y con fines prácticos y
productivistas. Que no baste una formación técnica, sino que se oriente al
desarrollo humano integral de las personas.
Lo antes expresado supone asumir una actitud crítica ante la noción
reduccionista de las competencias educativas promovidas por la Secretaría de
Educación Pública (SEP), donde el conductismo y el eficientismo parecen ser la
estrategia y el fin para lograrlo. De manera acorde a los planteamientos del
informe Tuning [6], identificamos otra posición crítica en las reflexiones de
Didriksson [7], en torno a la investigación como eje formativo, al enfatizar
sobre la importancia de una formación con una perspectiva humanista y no una que
considere de manera simplista el desarrollo de habilidades para el desempeño
laboral.
Si a esto se incorpora la importancia de que el estudiante sea capaz
de relacionarse con los demás y su entorno de manera armónica, pero con visión
crítica ante los problemas que se detecten, la multidisciplina se presenta como
una alternativa de aprendizaje que, en el ámbito de la investigación, permite a
los estudiantes desarrollar habilidades para el trabajo en equipo, colaborativo
y a proceder de manera asertiva. Al final, esto puede encaminarse hacia
estrategias innovadoras para el aprendizaje con miras a la ya mencionada
formación humana integral [8].
En resumen, en
el espacio universitario, la formación para la investigación y la investigación
formativa confluyen en las aulas tanto como parte de las estrategias
didácticas, como en las competencias que se buscan desarrollar en los
estudiantes, en realidad, se complementan. Lo que sí es necesario dejar
anotado, como algunos autores citados advierten, es el riesgo de que en algunas
instituciones educativas la investigación en sentido estricto se maneje de
manera confusa en el ámbito de estas otras investigaciones, tema que sobrepasa
este escrito, pero que es importante señalar.
3.3 Gestión de la
información y TIC’s
Aunque hoy en
día tenemos al alcance una cantidad impresionante de información, incluso sin
buscarla o estar interesados en algo en particular. Cuando se trabaja la
formación para la investigación, disponer de información pertinente resulta
fundamental en el proceso, implica contar con los medios para poder acceder a
ella, estas necesidades la universidad las cubre en buena medida. No obstante,
también requiere habilidades para gestionarla. Aquí vale aclarar que entendemos
la gestión de información no sólo como destrezas para manejar las Tecnologías
de la Información y de la Comunicación, con las cuales la gran mayoría de los
estudiantes cuentan al ser casi todos nativos digitales, sino que implica
también superar el analfabetismo funcional con el que muchas veces se llega a
la universidad, en el nivel de una comprensión de lectura textual y de la
realidad social, así como ciertos niveles de analfabetismo informacional.
Mostrar habilidades en el mundo digital no incluye necesariamente saber
elaborar estrategias para conseguir objetivos específicos.
Es decir,
aunque se puede contar con las condiciones de acceso a la información, existen
otros procesos del pensamiento que se requieren para lograr validar y analizar
la misma, así como para la toma de decisiones en términos epistemológicos,
teóricos y, por lo tanto, metodológicos, en particular hablamos de la
elaboración de propuestas, las cuales a pesar de cierta resistencia por los
estudiantes son cruciales en el proceso de investigación, ya que implican la problematización
de la realidad a estudiar definiendo en el sentido antes expuesto hasta
construir el objeto de estudio. Esta parte es la piedra angular de la formación
en investigación, pero en ella encontramos varias situaciones que abordaremos
más adelante.
Para Arévalo
[9] la gestión de la información (GI) es la explotación de la información para
el logro de objetivos: su planificación, adquisición, procesamiento y difusión.
Consiste en obtener la información precisa, en el tiempo oportuno, con óptimos
costos. Por su parte para Vallejos [10] es la capacidad en el uso de las
tecnologías de información y comunicación como herramientas de apoyo a la
investigación, así como impulsar las nuevas formas de aprendizaje en el aula y
en escenarios virtuales.
De esta manera,
las estrategias de búsqueda, de validación, de selección y de análisis de la
información, como señala Garmendia [11], son hábitos por desarrollar en los
estudiantes que a su vez se vuelven parte de ese proceso de lectura textual y
de la realidad, imprescindibles en la formación para la investigación.
Por lo
anterior, se puede vislumbrar que las etapas formativas en las TIC’s como en la
investigación deben estar no sólo relacionadas, sino pensadas y proyectadas de
manera integral, en la comprensión de que no se deberían de trabajar de manera
aislada y con prácticas docentes que no abonen en este sentido.
4 EL PAPEL DE LA INVESTIGACIÓN Y LAS TIC’S
EN LA UAN
En la
Universidad Autónoma de Nayarit, al menos en el
Área de Ciencias Sociales y Humanidades, la formación para la investigación
forma parte de los planes de estudio de las licenciaturas. Esto se logra por
medio de la definición de una línea de formación metodológica. En cada semestre
se ofrece un curso relacionado con la investigación, para culminar con los
seminarios cuya intención es la elaboración de una propuesta de investigación
por parte de los estudiantes. Hay una concepción de continuidad en esta línea
formativa, en la que en teoría un estudiante no puede llegar a los seminarios
sin antes haber acreditado los cursos y cursos taller que le anteceden.
Para la planta
docente resulta de vital importancia que los estudiantes se titulen por tesis
argumentando que su culminación implica el desarrollo de habilidades
conceptuales, de comprensión de textos disciplinares, de escritura, por tanto,
de análisis, de síntesis y de abstracción. No obstante, entre los estudiantes
los seminarios de investigación no son los más populares, debido a que la
elaboración de una tesis implica demasiado esfuerzo que la mayoría no está
dispuesto a hacer.
Lo anterior se
respalda en una legislación universitaria que en aras de incrementar la
eficiencia terminal y el número de estudiantes titulados, ha incorporado
esquemas de titulación que se vuelven más atractivos para los estudiantes,
comparado con la elaboración de una tesis. De esta manera la UAN tiene
aprobadas siete modalidades de las cuales cada Unidad Académica selecciona las
que se consideran adecuadas para sus programas: i) Tesis; ii) Generación
o aplicación del conocimiento; iii)
Examen de conocimientos (EGEL); iv)
Promedio general; v) Curso de
titulación; vi) Curso de posgrado, y vii) Memoria de experiencia profesional.
La legislación universitaria también permite que al interior de los programas de
estudio se aprueben las modalidades de titulación que se creen más convenientes
con respecto al perfil de egreso. Así, por ejemplo, en el programa de Ciencia
Política se tienen aprobadas cuatro; tesis, promedio general (90), examen de
conocimiento y curso de titulación con producto (tesina). En cambio, el
programa de Comunicación y Medios cuenta con cinco: Tesis, memoria de
experiencia profesional, generación o aplicación de conocimiento (propuesta
metodológica), promedio y el examen de conocimientos.
Los estudiantes la mayoría de las veces realizan exámenes generales de
egreso de las licenciaturas (EGEL) a cargo de un organismo nacional evaluador.
Por su parte,
la investigación formativa ha sido una estrategia didáctica importante con
frecuencia incorporada a la práctica docente. No obstante utilizar el concepto
de investigación para realizar búsquedas de información, indagar sobre algún
tema específico, o bien clasificar información ha resultado confuso para los
estudiantes y en ocasiones llega a ser un obstáculo para diferenciar las
intenciones de la investigación social y las actividades de investigación en
aula.
Así que, es muy
común que, en sus propuestas de investigación, al mismo tiempo que establecen
lo que quieren estudiar, van dando respuesta y recomendaciones cuando todavía
no emprenden el proceso de investigación.
Otro espacio
específico de formación para la investigación se relaciona con la unidad de
aprendizaje Tecnologías de la Comunicación y Gestión de Información (TCGI), se
encuentra ubicada en el primer semestre de todas las licenciaturas en la
universidad, forma parte de los cursos del Tronco Básico Universitario (TBU),
programado para el desarrollo de habilidades que sirvan como base para
incorporar los conocimientos de la parte disciplinar y profesionalizante.
De acuerdo con
el programa de esta unidad de aprendizaje, se busca “que el estudiante mejore
sus capacidades en la gestión de la información a través del uso eficiente de
las tecnologías de la comunicación para el desarrollo de sus actividades
académicas y profesionales”. Entre los temas se encuentran: estrategias de
búsqueda y recuperación de textos a partir de una necesidad específica, manejo
de bases de datos, evaluar los resultados de búsqueda y recuperación de
información a partir de criterios como la confiabilidad y la calidad de la
información. Elaboración de referencias bibliográficas, de acuerdo con
diferentes normas de citación y valorando el uso ético de la información.
Los profesores
responsables de esta unidad de aprendizaje han desarrollado un cuaderno de
trabajo para el curso, por lo que hay un sentido práctico del aprendizaje. No
obstante, por desconocimiento ante una evidente falta de articulación, los
docentes en los cursos posteriores, no solicitan a sus estudiantes que
continúen poniendo en práctica las habilidades desarrolladas en TCGI por lo que
muy pronto olvidan el hacer y dejan de tener sentido las habilidades
desarrolladas.
Interesan en
este trabajo las dificultades que conlleva formar para la investigación desde
la complejidad de los fenómenos sociales. Por eso, ubicaremos la discusión en
la construcción de propuestas de investigación y la importancia del uso de las
TIC´s y la gestión de la información.
5 DIFICULTADES EN LA ELABORACIÓN DE
PROPUESTAS DE INVESTIGACIÓN
La elaboración
de una propuesta de investigación deviene en una estrategia didáctica
importante dentro del proceso de formación para la investigación, no es un mero
trámite documental. Sin embargo, podemos apreciar que los estudiantes llegan a
los seminarios de investigación, o bien a las unidades de aprendizaje
relacionadas con ella, en condiciones que los profesores sentimos que cada
semestre partimos de cero.
Esto no es una característica propia de la UAN, sino más bien tiende a
presentarse en la educación superior, hay trabajos en los que se concluye que
no existen aprendizajes significativos en los procesos de enseñanza-aprendizaje
de la investigación [12], [13]. En parte se explica por las aspiraciones de los
estudiantes en el futuro “yo no me voy a dedicar a la investigación”; asimismo,
es importante considerar el planteamiento de que a investigar se aprende
investigando, conlleva procesos creativos, el genuino deseo de conocer y
cuestionar la realidad que implica, pero también la manera en que se vinculan
los procesos formativos en investigación con la propia investigación formativa
y la disciplinar, depende de qué tan presente estén en los diversos ámbitos que
implica la docencia universitaria.
Entrando en materia específica, los siguientes elementos, en términos
generales, forman parte de la construcción de propuestas de investigación que
se les requiere a los estudiantes en los cursos básicos. Para elaborarla es
necesario poner en juego un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes
inseparables del desarrollo de actividades de investigación:
·
Elección del
tema
·
Antecedentes del
tema
·
Problematización:
preguntas, objetivos e hipótesis
·
Marco
teórico-conceptual
·
Metodología:
técnicas de investigación y análisis
·
Propuesta de comunicación
de resultados
La elección del
tema, pareciera que es la parte más sencilla en todo el proceso, los contenidos
de los programas, a pesar de la experiencia en las aulas, suelen manejarla como
una fase rápida, sin embargo, para un estudiante de una carrera específica la
selección del tema “relacionado a su formación” se puede convertir en un
verdadero problema a tal grado de que conforme avanza el curso van cambiando el
mismo. Las mejores selecciones las realizan aquellos estudiantes que lo anclan
rápidamente con el contexto en el que viven, temas que de una u otra manera los
afectan directamente.
Entonces podemos decir que para realizar esta definición las
habilidades de observación del contexto son importantes, así como el
conocimiento y reconocimiento de temas abordados a lo largo de la carrera
universitaria y sobre todo capacidad para tomar de decisiones. Desde este
momento en adelante gestionar la información precisa se vuelve parte
indispensable del proceso. Investigar es siempre trabajar sobre conocimiento
previo de un tema, ya sea encontrando los vacíos en el campo de conocimiento o
tratando de profundizarlos.
Para los antecedentes del tema y el marco teórico-conceptual, se
requiere información que va a dar lugar a la problematización, punto neurálgico
del proceso, por lo que no sólo se necesita realizar búsquedas de información,
selección, recuperación y análisis, sino tomar decisiones sobre la misma para
pasar a la síntesis. Es decir, implica comprender las partes del fenómeno a
estudiar, construir las relaciones entre ellas y definir cómo se dinamizan para
desvelarlo en su complejidad. Obtener información sobre el tema de igual forma
da elementos para decidir sobre la cuestión metodológica estrechamente enlazada
con la construcción del problema de investigación.
Como se ve, el desarrollo de las habilidades que conlleva gestionar
información, es contundente para los tres tipos de investigación que hemos
planteado en este documento. Sin embargo, por lo señalado en la sección
anterior, en la práctica, los estudiantes presentan problemas muy serios desde
la cuestión de la búsqueda y acceso a la información. Para que se vuelvan
competencias, precisa de un uso cotidiano que en la formación de la carrera no
se está alimentando.
No está demás decir que las dificultades también se presentan entre
los docentes, no se diga en los estudiantes, la diferencia importante con
éstos, son la actitud, el compromiso y el deseo de hacerlo. Con los alumnos no
es poco común que se plantee que no encontraron nada sobre el tema en sus
primeras búsquedas.
Lo que se ha detectado es que tienden a buscar información relacionada
específicamente sobre su caso reduciendo con ello las posibilidades de
comprensión del fenómeno como un proceso social complejo. Otro aspecto
problemático es que utilizan principalmente los motores de búsqueda populares
de internet, a pesar de que tuvieron un curso específico sobre gestión de la
información rara vez utilizan motores de búsqueda académicos y, menos aún,
bases de datos ya sea open access o
de acceso restringido por medio de la institución, esto responde en buena
medida a tratar de evitar llenarse de lecturas. En tercer lugar, los documentos
que identifican no son los más didácticos ni explicativos, los cuales les
pudieran orientar con mayor precisión. Cuarto, seleccionan sin valorar si serán
significativos en su trabajo, o bien qué parte(s) del documento son valiosas.
Cierto que, en aras de orientar las búsquedas, las docentes han
buscado junto a ellos, seleccionado y explicado porque se cree que los textos
son mejores que otros, por qué tienen contenidos valiosos para la construcción
de los antecedentes. Pero en esta selección de textos se les dificulta
identificar los antecedentes y argumentos centrales de los autores, por ello
evitan mayor número de lecturas. No establecen una estrategia, han olvidado la
importancia de revisar índices, escanear de qué trata el documento, revisar
rápidamente la introducción, los títulos de los apartados; es decir, las
destrezas comúnmente utilizadas para la búsqueda de la información. De modo
que, para este momento, su frustración comienza a aparecer y va en incremento.
Lo anterior nos muestra, que el tener habilidades para acceder a
información no garantiza que el trabajo se facilite, ni mucho menos que se
puedan llegar a tener avances significativos. Al contrario, se enfrentan a un
mundo de información de la cual no saben por dónde empezar y qué elegir. Se
necesita contar con experiencia conceptual y temática amplia, para poder
identificar qué se ha escrito, por quiénes y cómo.
En concreto las dificultades en el manejo de la información por parte
de los estudiantes responden a que no establecen sus necesidades de información
con una estrategia consecuente, ni emplean las tecnologías y recursos
adecuados, tampoco llevan a cabo una evaluación de resultados y recuperación, o
utilizan herramientas tecnológicas que faciliten el manejo de bibliografía y el
análisis jerarquizado de ideas.
Lo anterior tiene consecuencias importantes en los avances de los
cursos de investigación, porque se quedan con dos o tres referencias que, por
un lado, creen son suficientes para construir los antecedentes de investigación
y, por otro, también se convencen de que el contenido es suficiente y único.
De acuerdo a Ros y Cayero [14], lo que tendríamos es una ausencia de
intencionalidades, se requiere aplicar significado a la información para
adentrarnos en terrenos del conocimiento, se trata de que el sujeto comprenda.
Pero para que esto suceda, debe existir una necesidad que se diluye en una
formación que no recupera sobre todo en el nivel profesionalizante las bases de
la gestión de información. Se presenta así otro aspecto relevante, plantearnos
la transversalidad de ésta en aras de no dejarla sólo como una unidad de
aprendizaje de primer semestre, primero porque cuando por el nivel académico a
los recién ingresados sus otras materias no les pueden presentar un desafío de
las proporciones que implica la GI, eso es algo que escalonadamente conforme
avancen se les debe de ir exigiendo. Segundo, el problema es que cuando llegan
sobre todo a la elaboración de una propuesta de investigación, no ha habido la
continuidad esperada.
En este sentido, cobra importancia el trabajo colegiado y los acuerdos
que deben darse entre los profesores. Uno de ellos tendría que ser impulsar a
los estudiantes para que realicen la búsqueda de textos que se trabajan en
otros cursos, sobre todo aquellos a los que se tiene acceso y que se
proporcionen los textos estrictamente que no se encontrarán en la internet. La
práctica docente es entregar fotocopias o bien documentos escaneados de los
textos que se revisan en clase, lo que inhibe la búsqueda de textos y limita el
saber hacer.
Hay una necesidad de que los profesores comprendamos las
articulaciones entre los cursos que constituyen la malla curricular de las
licenciaturas para que podamos identificar las conexiones entre los cursos, los
alcances de cada uno de ellos para retomar los aprendizajes y afianzarlos en el
entendido de que lo que no se practica, se olvida.
Creemos entonces que mucho del trabajo por hacer se encuentra del lado
académico-administrativo y no solamente en lo que los estudiantes dejan de
hacer. Los profesores nos concentramos tanto en nuestra propia clase por tanto
en el desarrollo de ciertas habilidades, pero olvidamos que los estudiantes ya
desarrollan otras que no estamos rescatando, ni aprovechando.
6 CONCLUSIONES
En la
universidad, se tiene presencia de la investigación formativa, la formación
para la investigación y, por supuesto como función sustantiva, la investigación
en sentido estricto, no obstante, se encuentran desvinculadas dando lugar, a
procesos formativos en investigación muy limitados. Se presenta también de
manera sobresaliente una falta de transversalidad en el desarrollo de
habilidades para la gestión de información en las unidades de aprendizaje que
conforman el currículo de las diferentes carreras.
Además, la formación en investigación requiere de un interés genuino
por el conocimiento, por la resolución de problemas, por lo que tener a la GI
como una unidad de aprendizaje de primer semestre cuando son las competencias
teóricas y las herramientas de estudio más básicas las que son requeridas
presenta un desafío tanto a estudiantes como a docentes involucrados, que en
buena medida no se ha logrado resolver. No implica desaparecerla, sino
aprovechar para repensar sus posibilidades y alcances a lo largo del esquema
formativo de una licenciatura, recuperar su transversalidad pues.
Por su parte, la investigación
formativa puede ser la estrategia didáctica central para este fin, pero debe
partir desde el trabajo colegiado docente, en el caso de la UAN las Academias.
Por otro lado, parte del desenlace que ha tenido la formación para la
investigación en Sociales y Humanidades y, coincidentemente, en las carreras
del Área de Ciencias Económicas y Administrativas, está relacionado con la
importancia de que los propios profesores tengan un trabajo de investigación
sobre el cual desarrollar el trabajo docente. Es decir, tiene sentido hablar de
formación para la investigación en la medida en que esté anclada a la
investigación en sentido estricto. De qué otra manera los estudiantes pueden
dimensionar la importancia de ésta, pero sobre todo, para pensar el mundo que
los rodea y los fenómenos sociales desde su disciplina, que además debe estar
en constante diálogo con otros, porque si algo debe quedar claro en este tipo
de aprendizaje es que la realidad social es altamente compleja, por lo que la
manera de estudiarla para construir el problema de investigación aspirando a
encontrar respuestas implica una mirada abierta y flexible que confiera
significado a la información obtenida.
Por lo anterior, se ponen sobre la mesa posibles líneas de trabajo.
Una de ellas es del ámbito de la institución, la cual debe trabajar en la
horizontalidad y la transversalidad
formativa como parte del propio modelo educativo, ello implica generar
los espacios académicos de diálogo con los sujetos involucrados de manera
directa en el proceso, también establecer las condiciones administrativas para
transitar a la transversalidad. Los otros derroteros tienen que ver con el
trabajo colegiado que los profesores deben estar dispuestos a impulsar para
lograr las transformaciones requeridas, las cuales versan sobre lo revisado
aquí: construcción de articulaciones. Conlleva en buena medida hacerse de las
herramientas que permitan la
autoinvestigación y establecer el propio quehacer en la formación
investigativa como objeto de estudio, puede ser como proyecto de investigación
en sentido estricto, pero más importante aún como parte de su práctica docente
ineludible.
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